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Enhorabuena, mamá. Has llegado a la mitad de tu embarazo. Después de meses salpicados de náuseas, agotamiento y ansiedad, has llegado a este importante hito.

Es más, ha llegado el momento de tu gran ecografía de las 20 semanas.

Un técnico tomará algunas medidas importantes, se asegurará de que todo progresa como debería y, posiblemente, podrá identificar el sexo de tu bebé en crecimiento (depende de ti si quieres conocer ese dato clave).

Y lo mejor de todo es que probablemente saldrás de la consulta con un montón de fotos impresas de tu precioso bebé que podrás disfrutar y compartir con tus familiares y amigos.

Es una experiencia emocionante, pero a menudo salpicada de nervios y estrés. Puede ser un acontecimiento alegre, pero también preocupante.

¿Quieres estar preparada para todo lo que conlleva la ecografía de las 20 semanas? Nosotros te cubrimos las espaldas, y también tu incipiente barriga.

Programada en algún momento entre las semanas 18 y 22 de gestación, la ecografía de las 20 semanas también suele denominarse exploración anatómica.

Esta ecografía utiliza ondas sonoras de alta frecuencia que generan una imagen en movimiento de tu funcionamiento interno y de la forma cambiante de tu bebé.

Un ecografista moverá suavemente un transductor, o ecógrafo, cubierto de gel caliente alrededor de tu abdomen para obtener mediciones clave y evaluar el crecimiento y desarrollo de tu bebé.

También obtendrás una idea general del tamaño de tu bebé y de si tiende a ser grande, pequeño o está en el punto justo.

¿Qué medidas se toman?

El ecografista tomará medidas cuidadosamente para asegurarse de que el crecimiento de tu bebé va por buen camino.

Medirán el crecimiento de tu bebé:

  • cerebro
  • corazón
  • riñones
  • estómago
  • vejiga
  • diafragma
  • genitales
  • cara
  • pecho
  • brazos
  • piernas
  • pies
  • manos

También revisarán la columna vertebral para asegurarse de que las vértebras están alineadas y totalmente cubiertas por la piel de tu bebé.

Durante la ecografía, podrás oír el dulce ritmo de los latidos del corazón de tu bebé. La frecuencia cardiaca normal en esta fase de la gestación oscila entre 120 y 180 latidos por minuto.

El ecografista también comprobará el cordón umbilical para asegurarse de que se une al abdomen y tiene tres vasos. La placenta también tendrá su momento de protagonismo, ya que el técnico evaluará cualquier riesgo de placenta previa.

Se asegurarán de que tienes suficiente líquido amniótico para albergar a tu pequeño nadador.

Por último, es posible que te hagan una ecografía transvaginal para comprobar que el cuello del útero permanece largo y cerrado (si se ha acortado y/o abierto del todo, es posible que corras un mayor riesgo de parto prematuro).

Identificar el sexo de tu bebé

Durante la exploración anatómica, un técnico también puede determinar el sexo de tu pequeño.

Dependiendo de la posición del bebé y de su grado de cooperación, el ecografista suele ser capaz de identificar los labios y el clítoris o el pene y los testículos.

Por supuesto, tú decides si quieres averiguarlo basándote en lo que se ve en la pantalla. Puede ser tentador perder toda la determinación en el momento, pero muchos futuros padres optan por esperar a la gran revelación del día de la entrega.

Si quieres que el sexo de tu bebé sea una sorpresa, asegúrate de comunicárselo al ecografista con antelación para que no se le escape nada accidentalmente. (Alerta: ¡pasa!)

También hay que tener en cuenta que siempre existe un pequeño margen de error potencial a la hora de determinar el sexo (¡una gran sorpresa en el parto!).

Si el bebé no se coloca en la posición adecuada, puede resultar más difícil para el técnico determinar el sexo con absoluta certeza.

¿Qué anomalías pueden identificarse?

La exploración de las 20 semanas también ofrece la oportunidad de identificar ciertas anomalías o marcadores de posibles trastornos genéticos como el síndrome de Down o la trisomía 18.

La combinación de análisis de sangre y ecografía disponible en el primer trimestre puede haber proporcionado ya alguna información. Sin embargo, a medida que el bebé crece, es más fácil para el profesional sanitario identificar posibles problemas en la ecografía.

El técnico también comprobará si hay anomalías en algún órgano.

Dado que las cardiopatías congénitas son una de las anomalías más frecuentes y una de las principales causas de mortalidad infantil, el técnico de ecografía evaluará detenidamente las cuatro cavidades del corazón y comprobará que todo funciona correctamente.

Buscará líquido en la vejiga para asegurarse de que los riñones cumplen su función y también explorará la columna vertebral en busca de cualquier abertura.

Durante la ecografía de las 20 semanas, el técnico también puede detectar la presencia de labio leporino y, con menos frecuencia, de fisura palatina.

Todo esto puede sonar muy intimidante, y ciertamente puede hacer que esta emocionante ecografía parezca un poco más angustiosa.

Sin embargo, es importante recordar que identificar cualquier posible anomalía desde el principio te ayudará a ti y a tu equipo médico a desarrollar un plan de acción para el parto y más allá.

También puede ayudarte a prepararte mental y emocionalmente para el viaje que te espera.

collage de imágenes de ecografía de 20 semanas de embarazoCompartir en Pinterest

Planee estar allí un rato

La ecografía de las 20 semanas no es una cita de entrada y salida, así que tómate tu tiempo. No la haga coincidir con reuniones de trabajo u otras obligaciones importantes.

La ecografía puede durar 45 minutos o más de una hora.

A menudo depende de lo complaciente que se sienta tu pequeña pepita ese día. También es posible que te reúnas con tu médico después de la ecografía.

Puede que te cueste trabajo

Un técnico puede tardar tiempo en obtener todas las mediciones que necesita.

Y si al bebé no le apetece enseñar el pie izquierdo o haceros a ti y al técnico una foto frontal completa, bueno…puede que tengas que hacer verdadera gimnasia para colocar a ese pequeño en la posición correcta.

Además, si esperas un parto múltiple, tendrás que repetir el proceso hasta que los dos (¡o todos!) bebés hagan su parte.

No obstante, anímate: ¡estás a punto de conocer de cerca a tu bebé (o bebés)!

Si ocurre que tu pequeño no ayuda a que el proceso se desarrolle con eficacia, es posible que el técnico te pida que te desplaces, des un paseo rápido, cambies de postura o bebas algo para motivar al bebé.

El técnico puede pincharle suavemente el vientre o el costado con la varita para intentar colocar al bebé en su sitio.

Sepa que puede pedir un descanso

No te preocupes si tu hijo se chupa el dedo (¡puedes detectar este hábito precoz!) y se muestra un poco testarudo.

Tú y tu técnico trabajaréis juntos y os pondréis creativos para obtener las medidas y vistas necesarias. Pero también debes saber que si tarda un poco, no pasa nada por hacer una pausa.

Si te sientes incómodo o necesitas unos minutos, dilo. No pasa nada (y es totalmente comprensible) si necesitas un respiro o ir al baño.

Tendrás que esperar respuestas

Es posible que el técnico no se muestre muy hablador durante la cita: al fin y al cabo, está trabajando duro.

Puede que algunos te informen durante el proceso, pero otros no. Es posible que algunos no puedan responder a determinadas preguntas. Todo depende de la política de tu consulta.

Si no obtienes respuestas o garantías, es probable que un técnico haga que el médico revise las exploraciones y entre en la sala para hablar contigo una vez finalizada la ecografía.

Trae a una persona de apoyo, no a una multitud

Todo este proceso puede ser estresante. Es posible que pueda acompañarle su pareja o una persona de apoyo. Sin embargo, no planees traer a toda la familia.

Dependiendo de la política de tu hospital, consultorio o centro médico, podrías tener un número limitado de visitantes, así que consúltalo con ellos antes de hacer planes.

Todo el mundo quiere echar un vistazo al bebé, pero el objetivo principal de la visita es informar a tu médico. Es importante que tú y tu técnico podáis hacer el trabajo.

Habrá fotos, pero puede que no sean las que esperas

Hablando de ver a ese gusanito en la pantalla, te sorprenderá ver a tu pequeño en la pantalla, pero lo que veas puede variar.

La calidad de estas imágenes es muy diferente según sean 2D, 3D o 4D. Las ecografías 3D y 4D ofrecen imágenes más detalladas, pero requieren equipos especiales y puede que no estén disponibles en todos los lugares.

En tu cita, es posible que el técnico pueda alternar entre estas diferentes versiones, dependiendo de lo que necesite ver.

La experiencia también puede variar en función de la tecnología disponible en la consulta de su médico y de lo que cubra su seguro médico específico.

Algunas personas salen de la consulta con una imagen perfecta en 4D de la cara de su bebé, pero otras tienen que conformarse con un contorno borroso de su perfil.

Aunque puede resultar tentador intentar conseguir la imagen perfecta haciendo una ecografía de recuerdo otro día, ten en cuenta que el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists) desaconseja a los futuros padres a hacerse ecografías no médicas.

La ecografía de las 20 semanas es una de las citas más importantes del embarazo.

Podrás ver la preciosa carita de tu pequeño, conocer su tamaño, saber si todo funciona y se desarrolla correctamente e incluso saber si tendrás un hijo o una hija dentro de unos meses.

Prepara la cita con antelación.

Decide si quieres saber el sexo de tu bebé y deja un margen de tiempo suficiente (¡puede ser un juego de espera!). Y asegúrate de dejar un hueco en la nevera para un rollo entero de adorables fotos de la ecografía.

Qué monada tan blandita: ¡disfrútala!